De "regalo" por tanto podría considerarse lo que hizo el Basket Quintanar en los últimos minutos después de con mucho esfuerzo conseguir la mayor renta al final del tercer cuarto (10) y mantenerla durante los primeros cinco minutos del cuarto final.

Falta de ritmo, errores infantiles en el pase o en la conducción del balón, falta de compenetración, falta de confianza, etc... todos los errores típicos de un principio de temporada fueron los acusó el Basket Quintanar, que parecía encontrarse incluso en pretemporada, mas aún cuando a penas llevaban cuatro entrenamientos con la plantilla al completo y cuando se trata de un equipo totalmente nuevo en el que solo continúa de la temporada pasada Paco Vaya, (ya que Alcañiz no pudo jugar) mientras que todo ello prácticamente no lo acusó el madrigueras, equipo que se conoce de memoria con solo dos refuerzos y que además tradicionalmente en su cancha son dificilísimos de batir.

El partido fue muy igualado de principio a fin, con intercambio de parciales con casi siempre seis u ocho puntos seguidos en favor de uno y otro equipo, aun así el Quintanar fue quien mas tiempo estuvo por delante y quien llevaba el ritmo sobre todo gracias a jugadas individuales y aun gran Luis Verdeguer (21), inconmensurable en ataque ayudado perfectamente por jugadores como Kabanga (11) y Marquez (12).

El Konga por su parte estuvo mal bajo tableros, tanto en defensa (concediendo infinidad de tiros adicionales tras canasta) como en ataque pero bien en el tiro exterior y en la elaboración de las jugadas, aunque sobre todo, estuvo excelente en la compenetración del equipo y la presión a toda cancha en los momentos finales. Destacando de manera especial Sauquillo (15), Cuesta (14) y sobre todo Javier Atienza (11) con tres triples en el último cuarto, principal artífice de la remontada.

En cada uno de los cuartos cuando el Basket Quintanar lograba tomar ventaja en el marcador, era entonces cuando la relajación llegaba a los conquenses que permitían una y otra vez la remontada con grandes parciales en contra, el técnico badalonés Jordi Casas tuvo que pedir en mas de una ocasión tiempo muerto para abroncar a sus jugadores por la falta de concentración y los errores infantiles que regalaban posesiones al Konga. Pero lo que ni Jordi Casas ni nadie imaginaba es que con dos bases en pista Alex Wizner y Ashley Hall el Quintanar estuviese casi cinco minutos sin pisar la pista del Madrigueras incapaces de conducir el balón a campo contario, no sabiendo salir de una magnífica presión del Konga, que puso en evidencia a dos bases que estuvieron bien en ataque de cara al aro contrario con 8 y 11 puntos respectivamente, pero que fallaron en la conducción del balón y en el pase.

Se llegó a los últimos cinco minutos con 57 - 67 en el electrónico pero incomprensiblemente durante el tiempo restante se iban sucediendo las pérdidas de balón por parte quintanareña y los robos de los de Madrigueras, que además aprovechaban con tiros convertidos, sobre todo con el acierto de Atienzar con tres triples. Ante la incredulidad de la expedición del Basket Quintanar el Konga consiguió darle la vuelta a un partido que puso en pie a la grada.

Tras el "hara-kiri" que el Basket Quintanar se hizo en los últimos minutos del encuentro, casi en anécdota quedó la penultima jugada, y eso que pudo cambiar el signo del partido ya que en una de las pocoas ocasiones en las que se llegó a pisar la zona contraria en los últimos compases del encuentro con dos puntos abajo en el electrónico, una entrada a canasta de Aslhey Hall a falta de seis segundos fue señalada de forma bastante dudosa por los colegiados como falta en ataque por los colegiados en su único lunar de la tarde ya que estuvieron perfectos durante todo el encuentro.